miércoles, 1 de marzo de 2023

RETO 4: ¿QUÉ PUEDO HACER YO?



¿Qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para impulsar la igualdad de trato y no discriminación?

                                                                            


Las AAPP deben actuar de forma conjunta para crear una sociedad cada vez más igualitaria, donde haya cabida para todas las personas, sea cual sea su sexo, su raza, su religión o ideología, etc. Para ello, es de vital importancia que sus empleados/as estén capacitados/as a través de una formación y perfeccionamiento continuos en materia de igualdad y no discriminación. Por lo tanto, las AAPP deben ofrecer, en el ámbito de sus competencias, cursos o planes de formación para que puedan participar y contribuir para conseguir una sociedad más justa y a su vez sean capaces de remover cualquier obstáculo que se les presente en su puesto de trabajo.

Como empleadas y empleados públicos debemos mostrar empatía en todo momento con las personas a las que atendemos, ofreciendo apoyo y asesoramiento más especializados a aquellas que presenten mayores dificultades. Para ello, se debe utilizar un lenguaje inclusivo, ser amable y prestar atención a nuestro lenguaje no verbal (como nuestros gestos, la forma en que miramos...). A su vez, cuando tenga lugar un hecho discriminatorio debe haber comunicación por parte del empleado o empleada lo antes posible para poder solucionarlo con las herramientas necesarias.

                                                                                                                                
Las AAPP tienen que colaborar entre ellas para un bien común, fomentando así una sociedad diversa, abierta, inclusiva, responsable, independiente y participativa. Por lo tanto, se debe propiciar un ambiente donde haya transparencia absoluta y se muestre la igualdad de forma efectiva.

También considero relevante que los empleados y empleadas de las AAPP revisen continuamente la normativa acerca de igualdad y no discriminación de la que dispone nuestro país, como por ejemplo la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres o el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, entre muchas otras. Para ello, ésta debe ser de fácil acceso, ya sea a través de medios físicos o digitales.

               

Por último, considero que para comprobar que se está llevando a cabo todo lo que he comentado más arriba sería buena idea que se redactase un informe periódico donde se muestren los objetivos alcanzados y aquellos en los que aún hace falta trabajar (algo así como debilidades y fortalezas), para proporcionar una mejora continua y obtener mejores resultados y una mayor calidad.



¡LUCHEMOS ENTRE TODOS/AS POR UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA E IGUALITARIA!

martes, 14 de febrero de 2023


PLANES DE ACCIÓN DE LUCHA CONTRA LOS DELITOS DE ODIO EN ESPAÑA



Como ya he comentado anteriormente, soy funcionaria de nuevo ingreso en el Ministerio del Interior, en la S. G. de Gestión Económica y Patrimonial, por lo que he visto conveniente reflexionar acerca de una buena práctica contra la discriminación impulsada por este Ministerio.

Dicha práctica consiste en un plan de acción (o planes, mejor dicho) contra el delito de odio, concepto que veíamos en el Módulo 1. Comenzaré hablando sobre qué es el delito de odio, el cual según la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) significa “cualquier infracción penal, incluyendo infracciones contra las personas o las propiedades, donde la víctima, el local o el objetivo de la infracción se elija por su, real o percibida, conexión, simpatía, filiación, apoyo o pertenencia a un grupo”.

Actualmente, la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior ha puesto en marcha el II Plan de Acción de Lucha Contra los Delitos de Odio (2022-2024). A su vez, este Ministerio publica un informe anual sobre la evolución de estos delitos, donde se puede ver en qué ámbitos ha disminuido la discriminación, en cuales ha aumentado y en cuales no existe variación.

El Plan de Acción de Lucha Contra los Delitos de Odio (aprobado en enero de 2019) tuvo como principal objetivo incentivar e impulsar la lucha contra los delitos de odio, mejorando una serie de acciones para prevenir o eliminar este tipo de delitos antes de que se lleven a cabo y responder de forma correcta ante los mismos cuando se produzcan. El foco principal es la víctima, por lo que se pretende mejorar la calidad de la atención a la misma, prestando asistencia y apoyo.

El Ministerio del Interior publica el “Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España”, de carácter anual, donde se pueden ver los datos separados en diferentes categorías como por ejemplo el ámbito o tipología del delito, el rango de edad o el perfil (tanto de la víctima como de quien comete delito de odio), entre otros.

A modo de visualización, expongo una tabla de cómo han evolucionado los delitos de odio (2019-2021):

        
                                                                                                                             Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España


Los datos estadísticos recogidos durante 2021 muestran que el total de delitos e incidentes de odio registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España asciende a 1.802 hechos, un 28,62% más que en 2020, de los cuales, 1724 son delitos de odio. A pesar de que han sido unos años marcados por la pandemia de COVID-19, considero que es un número muy elevado de delitos, por lo que no cabe duda que hay que seguir luchando por atajar este problema. 

En cuanto a los delitos registrados, se distribuyen entre los siguientes ámbitos: Antisemitismo (11), aporofobia (10), creencias o prácticas religiosas (63), personas con discapacidad (28), orientación sexual e identidad de género (466), racismo/xenofobia (639), ideología (326), discriminación por sexo/género (107), discriminación generacional (35), discriminación por razón de enfermedad (21) y antigitanismo (18).

En dicho informe anual, podemos observar que el ámbito que mayor número de delitos registra en el año 2021 es el de “racismo/xenofobia” (639), habiendo ascendido con respecto al año 2019 (515) y al año 2020 (485). A este ámbito le sigue el de “orientación sexual e identidad de género” (466) en 2021, el cual ha aumentado de forma considerable con respecto a 2019 (278) y a 2020 (279) y el de “ideología” (326) durante el año 2021, suponiendo una disminución con respecto al año 2019 (596) y manteniéndose sin variaciones en 2020. En cuanto a la variación interanual, podemos observar que los ámbitos en los que los delitos de odio han registrado un mayor aumento han sido “antisemitismo” y “discriminación generacional”. Por otro lado, los ámbitos de “aporofobia” e “ideología” han descendido con respecto al año 2019 pero se mantienen en los mismos valores en 2020. Por último, los ámbitos de “delitos de odio contra personas con discapacidad” y “antigitanismo” han disminuido en relación a los hechos conocidos en 2020.

Podemos decir que ambos planes de acción son instrumentos que ponen en marcha los mecanismos necesarios para llevar a cabo buenas prácticas por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad con el fin de prevenir, investigar y asistir a las víctimas. De igual modo, se pretende proteger a aquellos colectivos que sean más vulnerables a la hora de sufrir delitos de odio. A su vez, persiguen la sensibilización de los diferentes sectores de la sociedad, fomentando la colaboración activa de todas las Administraciones Públicas implicadas y difundiendo acciones educativas para conocer y prevenir estos delitos. Con el II Plan de Acción se pretende además avanzar en la lucha contra los delitos de odio para que vayan disminuyendo año tras año, ya que es un problema que sigue estando muy presente. No obstante, para que estos planes sean lo más eficaces posible es necesario que exista diálogo y colaboración constantes entre todas las personas involucradas.

Como punto fuerte principal, podemos decir que ambos planes de acción pretenden erradicar los delitos de odio en nuestro país. Por otro lado, estas iniciativas fomentan el respeto mutuo entre todas las personas que componen nuestra sociedad con el objetivo de que haya una adecuada convivencia entre todas ellas. Pretenden también eliminar todo comportamiento o acción que atente contra la dignidad de una persona simplemente por ser “diferente” o por no cumplir con unos determinados cánones. De este modo, lo que se persigue es que todos tengamos el derecho a vivir en paz y armonía y que veamos la diversidad social como algo positivo y enriquecedor.

En mi opinión, no considero que estos planes presenten debilidades propiamente dichas pero sí algunas dificultades. En primer lugar, los datos estadísticos no muestran el 100% de la realidad, ya que podemos encontrarnos con víctimas que no denuncian la situación de odio o incluso hay quienes sí lo hacen pero no son realmente víctimas de un delito de odio. Por otro lado, no siempre es fácil probar un delito, ya que en ocasiones el autor de los hechos no admite haberlos cometido. A veces hay obstáculos a la hora de investigar los hechos, lo cual dificulta la medición y comprensión del alcance y naturaleza del problema. Cabe destacar también, que a nivel judicial hay limitaciones no solo a la hora de prevenir el delito de odio sino también a la hora de ser abordado y juzgado. Por último, otra de las dificultades que considero es que a veces puede haber cierta confusión entre lo que es un delito de odio y lo que es libertad de expresión, por lo que es necesario diferenciar muy bien entre ambos conceptos y abordarlos de forma distinta.

viernes, 10 de febrero de 2023

 NUEVAS TECNOLOGÍAS Y TERCERA EDAD

Las nuevas tecnologías juegan un papel cada vez más importante en la vida de las personas gracias a su inmensa evolución y a las ventajas que nos proporcionan, ya que nos permiten acceder rápidamente a la información, facilitan nuestro aprendizaje, rompen la barrera de la distancia, aumentan la productividad y la eficiencia, incrementan la esperanza de vida, etc. Sin embargo, tenemos que hacernos la siguiente pregunta: ¿Y si no todo el mundo considera fácil su uso?

A continuación, vamos a hacer una reflexión acerca de una noticia encontrada en internet sobre la dificultad que tienen las personas mayores a la hora de realizar gestiones de su día a día utilizando las nuevas tecnologías. Dicha noticia tiene el siguiente titular:

“Un jubilado español se rebela contra los bancos online y la discriminación de adultos mayores”.

https://www.dw.com/es/un-jubilado-espa%C3%B1ol-se-rebela-contra-los-bancos-online-y-la-discriminaci%C3%B3n-de-adultos-mayores/a-60705473

A modo de introducción y para ponernos en contexto, vemos que es una noticia de tan solo hace unos días, en nuestro país y que manifiesta la queja de una persona mayor hacia las nuevas tecnologías a la hora de realizar gestiones en su banco, algo que debería resultar sencillo. Observamos que hay una discriminación de tipo indirecta hacia las personas de la tercera edad. La OMS ha empezado a hablar de “gerontecnología”, o lo que es lo mismo, la tecnología al servicio de las personas mayores como medio para el avance y no para discriminar. Es un hecho más que evidente que la inteligencia artificial está acelerando el edadismo o discriminación por edad.

El principal problema con el que nos encontramos, es que debido a la digitalización y a la evolución desenfrenada de las nuevas tecnologías se han ido “cerrando” puertas físicas, dejando casi como única alternativa la vía online o digital. Por esta razón, cada vez vemos a menos personas (mayores o no) acudir físicamente a sus oficinas bancarias, teniendo que realizar cualquier tipo de trámite a través de un dispositivo electrónico, lo cual crea una tremenda ansiedad debido a la dificultad para su uso. Incluso, hay personas que no disponen de dichos dispositivos o no tienen a nadie que les ayude. Las herramientas digitales pueden facilitar la vida de muchas personas y a su vez ser un tormento para muchas otras. No cabe duda de que en la actualidad podemos realizar una infinidad de trámites y gestiones a través de internet, lo que supone un avance en cuanto a la rapidez con la que se resuelven los procesos. No obstante, ¿qué pasa con esas personas que encuentran dificultades a la hora de utilizar las nuevas tecnologías? Debemos ponerle solución entre todos y conseguir que la brecha digital se reduzca de forma considerable, eliminando así la discriminación hacia este colectivo. Según la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados en España (UPD), cada vez más personas mayores utilizan las nuevas tecnologías para hacer sus gestiones cotidianas pero 3 de cada 10 no pueden llevarlas a cabo, ya sea por falta de conocimiento o interés o porque no disponen de los medios necesarios. En ocasiones nos encontramos con personas de edad muy avanzada que viven solas y que ni siquiera tienen un nivel básico para el uso de herramientas digitales, por lo que la brecha digital se hace aún más evidente en estos casos. Por otro lado, no debemos olvidar hablar de los fraudes y estafas que hay cada día a través de internet y que tienen como víctimas principales las personas mayores.

Por lo tanto, ¿qué soluciones podríamos aportar para reducir cada vez más esta brecha digital?

Las nuevas tecnologías han venido para quedarse y están cada vez más en nuestras vidas, siendo inevitable y casi imposible no utilizarlas. Por ello, tenemos que fomentar de forma paulatina la participación de este colectivo en el desarrollo de las nuevas tecnologías, para ello sería necesario escuchar de forma activa las necesidades que presentan para así poder resolverlas de la forma más eficaz posible para que puedan desenvolverse y realizar fácilmente las gestiones de su vida diaria. Uno de los métodos que se podrían utilizar para conocer su opinión y punto de vista sería la realización de encuestas.

Formar a las personas mayores para el uso básico de las nuevas tecnologías sería la principal solución para abordar este problema. Para ello, se deben proporcionar una serie de acciones e iniciativas para acercar a personas de edad avanzada a las nuevas tecnologías, como por ejemplo cursos de formación gratuitos en instalaciones completamente accesibles y personas voluntarias que se comprometan a facilitar la vida de este colectivo.

Por otro lado, se debe facilitar el acceso a internet a las personas mayores, prestando especial atención a aquellas que viven en entornos rurales y no cuentan con los medios suficientes y necesarios para ello.

Y, por supuesto, que las autoridades y gobiernos se esfuercen y coordinen planes y acciones para la plena implantación de la sociedad de la información.

Poniendo en el foco a las entidades bancarias, éstas deben ofrecer un servicio de mayor calidad para las personas mayores, ofreciendo la posibilidad de que reciban una atención personalizada y en un asesoramiento presencial o por vía telefónica.

A modo de conclusión, podemos decir que no cabe duda de que este problema tenemos que solucionarlo entre todos, movilizándonos para ayudar a las personas mayores y poder así eliminar cualquier tipo de barrera que dificulte la realización de las gestiones de su vida diaria y puedan desenvolverse de la forma más autónoma y cómoda posible.

 

 

miércoles, 8 de febrero de 2023

Blog de Aprendizaje Curso INAP Igualdad

 ¡Mi primera entrada en Blogger! 😀

¡Hola a todos/as! mi nombre es María, tengo 32 años y soy de Sevilla. Soy funcionaria de nuevo ingreso del Cuerpo General Administrativo de la AGE en el Ministerio del Interior, concretamente en la S. G. de Gestión Económica y Patrimonial (Madrid). 

También es mi primer curso de formación en el INAP y tengo muchas ganas de aprender acerca de igualdad y no discriminación, ya que considero que es de vital importancia para todos los ámbitos de la vida de una persona. 

Con este curso no solo vamos a aprender contenidos muy valiosos para nuestro día a día sino que también entre todos/as vamos a compartir nuestras ideas y opiniones e incluso comprometernos para mejorar nuestra sociedad y poder así dar un paso hacia adelante en cuanto a igualdad y no discriminación.   

RETO 4: ¿QUÉ PUEDO HACER YO? ¿Qué podemos hacer cada una de las personas, desde nuestra posición como empleadas o empleados públicos, para i...